Estamos en casa y es la hora de la comida. Me pasé un buen rato cocinando, preparando lo que supuestamente le gusta a mi hijo y estoy lista para sentarnos a comer. Sirvo la comida.
– Come que se enfría. Le digo amablemente.
– Quiero ver los dibujitos. Me contesta.
– No, ahora no es la hora de ver TV. Mamá tiene que trabajar y hacer las compras. Come por favor. Repito.
– Yo quiero juguito de naranja. No me gusta esto… No quiero comer…
Y así transcurren varias escenas de desobediencia durante todo el día. ¿Te suena? ¿O soy la única madre de un niño de 3 años que parece que habla con las paredes? Me enojo, me frustro, porque intento ser amable con él, pero parece no tener efecto y, aunque no lo quiera, comienzo a hablar cada vez más alto -COME. AHORA. NO SALIS SI NO COMES. NO HAY MAS DIBUJITOS EN TODO EL DIA…
Me encuentro entonces con esto en los textos de María Montessori..«Creemos erróneamente que para obtener de un niño un acto voluntario, basta ordenárselo. Los niños pequeños son generalmente desobedientes y cuando tienen 3 o 4 años su resistencia es tal que nos desespera y a veces nos hace renunciar a toda represión. Es una ilusión muy común el exigir con el ruego o con el mandato imperativo lo que es imposible de obtener. « Bueno, me siento más tranquila. No soy sólo yo. No es sólo mi hijo.

Y sigo leyendo a ver que más puedo aprender de esta situación… «Para obedecer no basta querer obedecer, es preciso saber obedecer. La obediencia comprende una formación de la voluntad y una formación intelectual. Preparar esta doble formación en detalle con ejercicios especiales, es conducir al niño a la obediencia, aunque por vías indirectas.» Muy interesante! Será algo así como psicología inversa o de que se trata esa vía indirecta?

Más adelante, encuentro algunos tips: «La voluntad, como cualquier otra actividad, se desarrolla con ejercicios metódicos y en Montessori se ejercita en todos los ejercicios intelectuales y de vida práctica. Además del ejercicio de la voluntad, en la obediencia interviene otro factor: el conocimiento del acto que debe cumplirse. Este desarrollo sucede en 3 actos:
1. desorden interior, el niño no obedece; se comporta como si fuese psíquicamente sordo, extraño a todo mandato;
2. quisiera ya obedecer, comprende lo que es un mandato, pero no puede o, por lo menos, no llega a obedecer con prontitud y alegría;
3. el niño obedece inmediatamente y con entusiasmo, gozando a medida que sigue ejercitándose en saber obedecer. Es éste el período en el cual el niño acude gozoso y abandona a la menor indicación cualquier cosa que le interese».

Hasta aquí he encontrado varias respuestas y muchas nuevas preguntas pero ya tengo mi conclusión final: precisó entender que su comportamiento es normal y ayudarlo a aprender a obedecer. Mis tiempos y los de el son diferentes. Con paciencia y creatividad puedo invitarlo a ejercicios repetitivos hasta alcanzar el saber.
Bien! ya tengo tarea para esta semana, o mejor dicho, para este mes! Y tu? Te ha servido este conocimiento? Sígueme en Instagram @actitudmontessori dónde comparto nuestro día a día y ejercicios que vamos aprendiendo de nuestras lecturas Montessori. también espero tus comentarios por aquí con ideas que te hayan servido a ti! Gracias por leerme y acompañarme en este camino de aprendizajes.
Pili @actitudmontessori